Retomado de la frase latina conocida Cogito Ergo Sum (Pienso Luego existo) que acuñara Descartes, le suprimí la primera parte para quedarme con lo relativo a Luego existo que no podría tener una lógica semántica. Esta amputación lingüística tiene dos propósitos relacionados con las fotografías presentadas. El primero, una castración simbólica del representante más importante de la filosofía moderna cuya lógica patriarcal es la supresión de todo lo relacionado con lo femenino y que ha sido violentamente fragmentado por la “razón”.
En el segundo propósito me acerco a mi propio cuerpo como el residuo histórico de muchas amputaciones. Buscamos siempre lo completado para así, llegar a ser, pero esto se destruye por la fractura de origen de la condición humana. En esta serie me retrato de pies a cabeza pero los lapsos y espacios vacíos, hacen que mi constancia se vea sometida a la voluntad del tiempo y de la muerte.